Guillermo Robledo
Presidente de la Alianza de Paramédicos y Rescatistas del Estado de Guanajuato
Consultor y Capacitador en Protección Civil
Ex Paramédico Voluntario y ex Cooordinador de Voluntariado de la Cruz Roja en León, Gto.
11.11.2020 México
"El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional", dicen que lo dijo Buda Siddharta.
El dolor es definido convencionalmente en Medicina como una alerta natural del organismo que algo daña su integridad. Sin esas alertas el individuo es vulnerable y su riesgo de empeorar su condición o morir, es mucho más alta que alguien que sí las reconoce o admite.
Ipso facto el síndrome de analgesia congénita, es un problema grave en pediatría, aunque ocurra en uno de diez millones de infantes, pues al carecer de sensación dolorosa, es una maldición que pone en constante peligro al niño, que no tiene tampoco asertividad en su comunicación y esta descubriendo al mundo.
Íbidem de la Medicina/Enfermería en la consulta de primer contacto, usamos corrientemente la escala de evaluación (subjetiva) del dolor (EVA). Es fácil comprobar que todos tenemos una respuesta diferente al daño y al dolor, y es cuando podemos hablar de sufrimiento. Hay quienes ni sufren por una herida o enfermedad aguda, admiten el dolor e incluso que ocupan atención médica, pero su apariencia es indolora, en contraste con otras personas cuyo drama puede ser de premio Oscar.
El dolor es pues inmanente en Medicina y todas sus especialidades y ramas, y el sufrimiento es un síntoma que nos ayuda a entender para diagnosticar y hacer el Triage.
En Psicología el dolor y el sufrimiento tienen acepción equivalente con la médica, y con temor a equivocarme al no tener autoridad en la materia, se han destacado los conceptos de "sublimación", "duelo", "tanatología" y "resiliencia", en los últimos 50 años. Todos relacionados con la superación de conflictos emocionales, originados por pérdidas de seres amados, patrimoniales, intelectuales, laborales, físicas, habilidades, máxime. La Tanatología y los Primeros Auxilios Psicológicos como intervención en crisis, estudian y describen los procesos de duelo, y proponen acciones para superar el dolor, controlar el sufrimiento, la ansiedad, la depresión y el estrés que pueden provocar reacciones violentas hacia otros o sí mismo.
Están los casos que catalizan el dolor y el sufrimiento, el sadismo y el masoquismo, el primero que demencialmente disfruta ver el sufrimiento ajeno. Y el segundo que de forma maniaca disfruta autoinfringirse dolor. Que nos lleva a pensar en los adictos y viciosos, que encontraron en ciertas sustancias, cosas, o eventos, placer extremo, como recompensa o alivio, dicen los que saben, que eliminan temporal y artificialmente el sufrimiento.
En Psiquiatría, como la intersección de las anteriores, estudia y trata las fobias y psicosis, todo aquello que causa miedo extremo e irracional, y por ende se refleja con sufrimiento intenso.
El problema con la Tanatología o atención psicológica, es que no resuelven los problemas sociales o naturales generadores de las neurosis, y mientras haya una piedra en el zapato, será imposible caminar bien y a gusto.
En Religión y Filosofía, los santos y los sabios han explicado desde su referencia las causas del sufrimiento y ofrecen las opciones para controlarlo e incluso eliminarlo. Para el budismo y sus Cuatro Verdades, todo es sufrimiento derivado del apego a las cosas externas que percibimos con ahínco, y éste te enseña como meta suprema el camino para superarlo. Para las religiones abráhmicas también el sufrimiento es inevitable y en todo contexto, seas bueno, seas malo, o como expiación, o sea, es imposible evadirlo, pero se controla subjetivamente precisamente por como sea clasificado. Si eres bueno, el dolor y su sufrimiento es un premio extático. Para el penitente es catarsis de contrición o en el peor de los casos, atrición. Y para el malvado, es castigo o solo un lastre sacrificio para obtener una ganancia superior. Para el brahmanismo es semejante al budismo, la Maya le dicen, la ilusión que generan los sentidos, pero sus caminos, todos ritualistas, varían con cada escuela brahmánica o gurú. El resto de las religiones muertas y vivas, tienen conceptos del dolor y sufrimiento similares a los anteriores. Y si no todas, la gran mayoría, prometen la liberación total del sufrimiento después de la muerte, siempre y cuando se hayan cumplido beatamente sus mandatos y condiciones.
El Movimiento Internacional de la Cruz Roja, proyectado por el suizo Jean Henry Dunant en 1859 en la región de Solferino al norte de Italia, sin temor a equivocarme, quizá un poco, es el crisol por excelencia de toda la suma monográfica anterior. El Objeto Social Supremo del Movimiento es "prevenir y aliviar en toda circunstancia el sufrimiento humano". Y sus métodos es formando grupos voluntarios para ayudar a los heridos y enfermos derivados de catástrofes, máxime; y pactando con los gobiernos reglas humanitarias ante las guerras y conflictos bélicos. Sus herramientas son la Medicina, la Enfermería, la Psicología, el Trabajo Social y el Rescate, principalmente. Estas herramientas fueron inspiradas indirectamente por el Movimiento, en la caridad cristiana, la convicción de la enfermera Florence Nightingale (por honor se menciona a Mary Seacole), y el trabajo de los médicos "higienistas" Bernardino Ramazzini, Ignaz Semmelweis y Joseph Lister. Y es extraño que lo mencione, pero sería un error no considerar el ministerio de José de Carvalho e Mello, como "protector civil o gestor de riesgos".
La Cruz Roja es el movimiento humanitario más grande del mundo, no porque sea la ONG/OSC con más voluntarios, sino por su transcendencia en los gobiernos, países e instituciones. Hoy en el 2020 está presente en 190 países, casi todo el mundo. Ha inspirado a centenas de grupos y organizaciones civiles para brindar auxilio médico humanitario y asistencia social, de manera paralela. Ha logrado establecer Convenios entre gobiernos para controlar los actos de lesa humanidad en las Guerras, y persuadió a los mismos Estados en institucionalizar lo que hoy conocemos como Protección Civil, para prevenir desastres y proteger a la población durante y después de ellos, propuesta en los 30s SXX por el general francés George Saint-Paul, como complemento del trabajo precisamente de la Benemérita Cruz Roja.
La base para lograr los objetivos tanto de la Protección Civil (= Defensa Civil = Seguridad Civil) como de la Cruz Roja y Media Luna Roja es lo que se conoce y acepta hoy como Gestión Integral de Riesgos, para identificar, analizar, controlar, reducir, eliminar, y/o compartir los riesgos en los inmuebles y localidades que potencialmente son catastróficos para la región, y por interpolación con las medidas preventivas y protectoras de seguridad sanitaria laboral, más conocida como Seguridad e Higiene, que son plataformas complementarias tanto para proteger a los individuos como al patrimonio. La Protección Civil actúa deductivamente, gestionando los riesgos que tienen en común todas las personas que conviven en un inmueble o una región. Mientras que la Seguridad e Higiene ( = Salud Laboral + Gestión Ambiental) actúa inductivamente, gestionando los riesgos por puesto de trabajo, que en suma previene y protege a todos.
Toda esta gestión de riesgos, para prevenir y proteger a la gente, es reducir o eliminar el dolor y el sufrimiento como un objeto superior no escrito, pero asumido por todos los gestores de riesgos, higienistas, preventólogos, agentes de seguros, agentes y funcionarios de Salud y Protección Civil.
Elegí por convicción después de ir y venir, de experimentar, de dudar en muchas ocasiones y por años, de transitar por este paradigma, ser un protector civil, gestor de riesgos e higienista laboral, para colaborar en prevenir, reducir y aliviar el sufrimiento humano, aceptando irónicamente que sufriré para lograrlo, pues "el que juega a ser mesías, termina crucificado".
Que todo sea para bien.
Salud Laboral y Protección Civil
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