La Pandemia es nuestra oportunidad

Guillermo Robledo
Presidente de la Alianza de Paramédicos y Rescatistas del Estado de Guanajuato
Consultor y Capacitador en Protección Civil
Mx 21.07.20

El extremófilo por excelencia, el Tardígrado
Extremófilo por excelencia, el Tardígrado.

"La vida está llena de oportunidades, el que no las ve, no las merece". "Un marinero no se hace experto en aguas tranquilas". 

La pandemia por Covid-19/Sars-Cov-2 es una oportunidad, y no, no es apoyo a las palabras del mandatario mexicano, aunque sí tienen relación. 

No es simple asimilar esta idea para quien no tiene relación con la Psicología, Tanatología, la Protección Civil, o instituciones como la Cruz Roja-Media Luna Roja y Médicos sin Fronteras, entre otros. Ni para quien tiene obsesión política con el régimen mexicano, se invita a quien tiene este sesgo sicológico, a sacudir su cabeza para deslindar cualquier parcialidad política y asumir la objetividad de esta idea.

La razón de esta idea es precisamente porque es inherente para quienes trabajamos con la Protección Civil y la Medicina, pues el duelo psicológico es inmanente en estas labores, tanto de familiares como del profesional en forma de al menos tres conceptos: sublimación, resiliencia y alostasis, entre otros como catarsis, expiación, introspección, examen de conciencia, atrición y contrición. 

“Ahogado el niño, a tapar el pozo”. En nuestra experiencia en la Medicina de Emergencias-Prehospitalaria y Protección Civil, al parecer el humano espera adrede un evento disruptivo para poder modificar su conducta para bien (o para mal), que tiene que vivir forzosamente una tragedia, que se ahogue el niño. Y si no, él mismo lo ahogará, es real. 

Hemos vivido epidemias y pandemias en nuestra Historia, hemos aprendido de ellas, pero también parece que no es suficiente, que esta por Covid-19 nos ha golpeado como ninguna otra, y eso que no es médicamente tan mortífera como otras en índices de fatalidad, tan simple que si del 100% de infectados, 80% son asintomáticos o leves, y del 20% que son graves solo muere aproximadamente el 10% del 20%, o sea solo el 2% más menos, muere de ese 100%, y más aún, parece selectiva, pues ese 2% en su mayoría tienen enfermedades crónicas previas y/o senectud. O sea sin esas condiciones iniciales, el Covid-19 sería inofensivo, y aún así, ha puesto a la humanidad de rodillas histéricas. 

Estos hechos y variables, son las que permiten postular con fundamento que esta pandemia es nuestra excelente oportunidad para mejorar nuestro sistema de Protección Civil-Gestión Integral de Riesgos, nuestro sistema de Salud-Medicina y nuestra propia salud personal. 

Es evidente hasta hoy julio 2020, que el Covid-19 se aprovecha sobre todo de los obesos, cardiópatas, diabéticos y/o ancianos. Personalmente si no aprovechamos esta lección de “resetear” nuestra nociva dieta y malos hábitos, merecemos otra pandemia peor sin queja. 

La pandemia ha expuesto que el mundo en general no tenía buenos sistemas de salud nacionales ni cultura sanitaria de la población. Nos hizo ver que aunque contemplamos las pandemias y epidemias en la Gestión Integral de Riesgos y Desastres, solo era letra muerta, no supimos cómo reaccionar, que colapsaron sistemas hospitalarios y frenaron en seco el mercado. México como ejemplo es espectacular: más del 70% de la población mexicana tiene sobrepeso u obesidad, más de 10 millones de diabéticos, más de 20 millones de hipertensos, más de 100 mil fallecidos al año por diabetes, más de 150 mil defunciones cardiogénicas, más de 40 millones de pobres, al menos el 50% de la población económicamente activa, es informal; más de 80 millones de superticiosos que sin ánimo de ofender, sino hechos, creen en milagros, amuletos, remedios mágicos, mitos médicos, un sistema educativo que aprueba por estadísticas o por colegiaturas, una Medicina Preventiva reprobada. 

La pandemia no es una oportunidad, es nuestra oportunidad como país para: 

· Mejorar las condiciones laborales y salariales del personal pre y hospitalario, bomberos y Protección Civil. 

· Ser más exigentes con los programas académicos de Medicina, Enfermería, Prehospitalario y Academias de Bomberos. Enfatizar la Prevención (Higiene y Previsión), tan subestimada por sus programas educativos. 

· Ser más exigente con el reclutamiento de personal sanitario hospitalario en las instituciones públicas, al menos con licenciatura. Sin subestimar a los técnicos o auxiliares, que si bien tienen derecho de trabajar, pero la población, usuarios y contribuyentes también merecemos y exigimos lo mejor. 

· Ser más exigentes con el reclutamiento de personal prehospitalario y de protección civil, que todo el personal tenga formación paramédica y de bombero, y/o que el personal administrativo tenga licenciatura en ingeniería Química, Civil, Eléctrica, Electromecánica, Medicina, Enfermería, o Protección Civil, con al menos 2 años de experiencia en la industria. Ha sido claro que un diplomado es inútil, y empeora con la corrupción prístina de las Unidades municipales y estatales. 

· Que todos los inmuebles públicos presenten su Programa Interno de Protección Civil, pues muy exigentes y corruptos en solicitarlo al sector privado, y son los menos que tienen planes de contingencia. 

· Ser más exigentes con el cumplimiento de la norma oficial sobre ambulancias, con el IMSS, ISSSTE, SSA, y privados. 

· Modificar la Ley General de Protección Civil, el Reglamento Federal de Seguridad y Salud en el Trabajo, y las normas afines, para homologación en capacitación e inspecciones de seguridad y salud laboral. Exigir que los cursos se cumplan con un temario normativo y en el tiempo necesario. Que se exijan 2 simulacros al año, supervisados por Protección Civil o STPS, para toda empresa independiente del grado de riesgo. 

· Exigir los cursos de brigadas en el nivel secundaria o preparatoria. Y que se conformen las brigadas sumando al alumnado. 

· Que las Dependencias de Protección Civil, federal, estatales y municipales sean ajenas de la Seguridad Pública, ha sido diáfano que su labor es totalmente sanitaria y por constitución, preventiva. Por este hecho y razón, o sean independientes o dependan de las Secretarías o Direcciones de Salud, en materia preventiva y de emergencias. 

Por supuesto que se ocupan otros cambios y mejoras, en un FODA nacional, estatal y municipal, como aceptación de nuestra insalubre realidad y corrupción, como muestra de sublimación, resiliencia y alostasis de nuestro país. Estas sugerencias son expuestas con base en la formación y experiencia profesional del autor, en suma de su experiencia como usuario, derechohabiente, beneficiario y ciudadano en los sistemas públicos de Salud y de Protección Civil, que lamentablemente son pobres de infraestructura y superestructura, digan lo que digan los políticos, nunca su palabra estará por encima de la dicha por un ciudadano y a la vez experto.
Muy buen día, salud total y que todo sea para bien.



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